Este pequeño relato lo realicé hace unos días poniendo de manifiesto, mi vocación como escritor y educador. Espero que os guste.
El amor en la geometría
En
un lugar muy lejano llamado, el país de las matemáticas, vivían tres triángulos
que eran amigos desde la infancia. A los 18 años, eran felices pero les faltaba
el amor, no habían encontrado a su medio triángulo. Ellos se llamaban: Equi,
Isos y Esca.
De
vez en cuando salían a conocer otros triángulos chicas pero no tenían suerte en
el amor.
Empezaron
la universidad en su país. En el tercer y último año de carrera, el primer día
de clase, se sentaron delante de ellos, tres triángulos chicas que nunca habían
visto, eran perfectas. Venían del país de la geometría, a estudiar el último
año al país de las matemáticas. Ellas se llamaban: Escalátera, Celedonia y
Leonor. Fue
un amor a primer triangulo. A Equi le gustaba Escalátera, a Isos le gustaba
Celedonia y a Esca le gustaba Leonor. Empezaron a conocerse, iban mucho al cine
a ver películas como: Donald en el país de las matemáticas.
Con
el tiempo acabaron la carrera y las tres triángulos femeninas tenían que volver
a su país.
Debían
tomar una decisión muy importante, irse con su familia o quedarse por amor, ya
que los tres triángulos masculinos no podían salir de su país, por leyes
propias de las matemáticas.
Escalátera,
Celedonia y Leonor decidieron quedarse por amor. Años después, cual caprichosa
es la musa de la casualidad que las tres parejas tuvieron tres triángulos
varones en el mismo mes.
Equi
y Escalátera tuvieron un niño que lo llamaron: Equilátero.
Isos
y Celedonia tuvieron otro niño llamado isósceles
Y
por último, Esca y Leonor llamaron a su triangulo, Escaleno.
Equilátero
era un triangulo muy travieso, tenia tres lados y tres ángulos iguales.
Isósceles,
se parecía a sus padres, era un triangulo con dos lados y dos ángulos iguales.
Escaleno
era el más tímido de los tres, en parte porque se sentía diferente a sus
amigos, él no tenía ni lados ni ángulos iguales.
Cuenta
la leyenda que Equilátero, isósceles y escalenos fueron los triángulos más
inteligentes de su país y fueron conocidos mundial mente en el país de los
humanos.
Ohhhhh! qué bonito! me ha encantado el cuento. Y me has hecho recordar al que para mí fue mi mejor profesor de matemáticas, Francisco Molina, con sus teoremas del bocadillo y de las muñecas rusas para afrontar problemas de matemáticas y derivadas. Un besote
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