En esta ocasión os presento uno de los primeros cuentos que escribí hace ya unos cuantos años. Espero que os emocionéis porque esta lleno de amor y de ternura.
Un abrazo
Un saludo
Una hoja se poso en la penumbra de la noche, estaba marchita y deteriorada del empuje del viento.
Siempre había sido una hoja muy feliz, su vida fue larga pues aguanto en pie durante más de dos inviernos, fuerzas no le faltaban, siempre había sido muy luchadora.
Era muy buena compañera, su progenitor estaba muy orgulloso de ella.
No había día que no sonriera, su alegría motivaba a sus hermanas a seguir adelante, pero no crean que la vida de un hoja es fácil.
Un día de verano, una mariposa se poso en ella y con ese don de palabra que tanto la caracterizaba empezó hablar con dicha mariposa.
La mariposa no salía de su asombro, como una hoja podía hablar de esa manera, como si tuviera una carrera de biología. La mariposa no pudo aguantar dicho recital de la simpática hoja y despego rápidamente de allí. Con el tiempo se hicieron muy amigas.
Una noche de invierno, en la cual, el viento llevaba bastante prisa y parecía bastante enfadado arremetió contra los árboles, sin miramiento alguna despegaba de sus padres numerosas hijas que iban a parar al suelo, la hojita no podía creer porque el viento se comportaba así con ellas, si nunca habían tenido ningún problema con él.
La hojita lloraba, era un llanto de pena y de rabia, de no poder hacer nada para evitar las muertes de sus hermanas.
Al día siguiente de la tormenta, hojita seguía triste, ni el precioso sol que la iluminaba conseguía que volviera a sonreír.
Hojita se llevaba muy bien con él, siempre que lo veía, le hablaba, se desahogaba, le contaba sus penas y sus alegrías.
Casi todos los días de verano se enfadaba con él, por que calentaba demasiado y muchas de sus hermanas se quemaban.
El otoño es el calvario de toda hoja, pues es la época, en la cual los árboles mudan.
Las hojas que ya han cumplido con su deber son soltadas por sus padres, parece un destino cruel, y lo cierto es que lo es, pero la naturaleza se rige de sus propias leyes, todo principio y fin nace concebido.
A hojita le disgustaba mucho la forma de actuar de su padre, no entendía como podía ser tan cruel de apartar de su lado a sus propias hijas.
Roblón como se llamaba el padre de Hojita era un enorme roble francés, pesaban sobre él nada menos que casi doscientos años, su vida como las de otros viriles árboles eran muy concurrida, pues tenían que soportar en sus propias pieles el calvario de quedarse totalmente desnudo a la vista de otros ojos, en invierno debía soportar el intenso empuje del viento, la primavera era la época mas esperada por todos, pues era cuando mas bonitos y mas atractivos se encontraban. El verano tampoco le disgustaba pero tenía un pequeño problema, el calor.
Roblón, siempre quiso a todas sus hijas pero en especial, a la que mas quería era a Hojita, el día de su partida lloró como nunca un árbol había llorado, no había consuelo para tanta tristeza.
Desde el suelo miraba Hojita a su padre sin que el pudiera hacer nada por ella.
Roblón no la aparto de su lado como hacia con alguna de sus otras hijas, fue una intensa ráfaga de aire la que debilito las fuerzas de hojita e hizo que se alejara de los brazos de su padre. Hojita lo único que quería y deseaba era volver a ser una hoja feliz colgada de su padre, pero ella sabia que eso no iba a ocurrir nunca más.
Pasaron los días mientras sus fuerzas se debilitaban poco a poco, su aspecto empeoraba por segundos. Sabía que iba a morir pero tenia que intentar lo que tanto deseaba. En su último esfuerzo llamó con todas sus fuerzas a su amiga la mariposa Flora pero no apareció.
Cuando habían transcurrido varias horas apareció pero ya era demasiado tarde.
Cuenta la leyenda que en un inmenso jardín con numerosos árboles yace Hojita junto a su padre roblón.
madre... cada domingo me sorprendes mas...
ResponderEliminarno se como se te ocurre lo que escribes..
pero es genial!! me encantaaa!!
Fdo: tu fan numero uno! xD
hola,soy la que ha ha creado la página de tuenti:a mí tambien me gusta la poesía y no por ello soy un bicho raro.la verdad es que es muy bonito el cuento y también la manera en la que transmites con él sentimientos de tristeza y ternura.Eres un chico con una imaginación increible asique sigue escribiendo.un beso muy fuerte!!
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